El uso continuado de la mascarilla sanitaria, ya sea por el roce, sudoración, grasa o microorganismos que se generan derivados de la oclusión, puede desencadenar a desarrollar o empeorar enfermedades de la piel como dermatitis irritativa, seborreica o acné.

Aunque la dermatitis seborreica, y especialmente, el acné son patologías propias de la adolescencia, el uso de la mascarilla puede provocarlas también en edades adultas en las que se caracterizan por la aparición de pápulas, o granitos rojos, y pústulas que se localizan principalmente alrededor de la boca y barbilla.

Las altas temperaturas y la humedad propias del verano pueden favorecer que estas afecciones sean más prevalentes.

Seguir una rutina de cuidado facial ayuda a prevenir y reparar afecciones cutáneas. Sin embargo, en estos momentos difíciles para la piel, debemos intensificar más este cuidado con una rutina diaria donde la limpieza cobre aún más importancia.

Este es el cuidado ideal para evitar granitos y otras alteraciones en la zona de la mascarilla:

– Limpiar la piel 2 veces al día con un gel limpiador con acción purificante, desinfectante y antibacteriano. Ideal el Gel Limpiador con Ginkgo Biloba que además de un efecto calmante y reparador, potenciará los efectos purificantes del propio gel.

– Tónico de Limón con Ginkgo Biloba, una loción astringente y equilibrante para absorber el exceso de grasa y minimizar los poros.

– Cada mañana, aportar un extra de hidratación con la Emulsión Hidratante con  Ginkgo Biloba.

– Por la noche, aplicaremos Ginkgo Pure,100% Natural para que la piel respire, se oxigene y repare, ayudando a la propia renovación y regeneración de la piel.

Como siempre, recomendamos complementarla con los productos específicos según las necesidades de tu piel.

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